Burdeos

Un clásico en constante renovación

Burdeos, la ciudad de los vinos y los proyectos grandilocuentes

Burdeos, una ciudad que tiene su casco antiguo declarado Patrimonio de la Humanidad por la apariencia intacta que mantienen sus edificios desde los siglos XVIII-XIX, cada año nos sorprende con nuevos proyectos. Primero fue la transformación de los hangares del puerto en espacios lúdicos (pistas de skate, tiendas, restaurantes...), proyecto que empezó a finales del siglo pasado, luego la llegada del tranvía en el año 2003, cuya catenaria discurre por el suelo para no afear el entorno urbano, después, al otro lado del río Darwin, un proyecto alternativo en una antigua fábrica, basado en la sostenibilidad y el medio ambiente, finalmente en 2016, la inauguración de la Cité du Vin ha añadido un aliciente más a esta ciudad bañada por el Garona que no deja de sorprendernos cada día con sus espacios verdes, zonas peatonales, carriles de bicicleta y paseos urbanos, todo pensado para el disfrute de sus ciudadanos y visitantes.

Place de la Comédie y Gran Teatro
Place de la Comédie y Gran Teatro

Burdeos es la ciudad de los grandes espacios. Cerca del río la explanada Quinconces es uno de ellos y a un tiro de piedra, la Place de la Comédie. La primera, presidida por el magnífico monumento a los Girondins, acoge los principales eventos de la ciudad. Aquí se levantaba un castillo feudal que, al ser derruido, dejó paso a una inmensa explanada, a cuyo lado varias hileras de plátanos centenarios garantizan sombra y dan cobijo a la estación de tranvías donde parten la mayoría de las líneas. En un extremo de la explanada, el monumento a los Girondins convertido en una fuente artística, rinde homenaje a la República que se alza en lo alto de la columna y a sus valores en forma de estatuas de bronce que juegan con el agua. Se levantó a finales del XIX y principios del XX.

Imprescindibles

* Plaza de la Bolsa y Espejo de agua

* Plaza de la Comédie y Gran Teatro

* Monumento a los Girondins

* Barrio de San Pedro

* Catedral de Saint-André

* Ciudad del Vino (Cité du Vin)

*Quai de Bacalan (hangares del muelle transformados en zona de ocio)

* Darwin - Caserne Niel

Monumento a los Girondins
Monumento a los Girondins

A un centenar de metros, la Plaza de la Comédie la podríamos considerar el centro neurálgico de Burdeos. En un lado el imponente edificio del Gran Teatro con una magnífica decoración interior, es la sede de la Opéra National de Bordeaux, y al otro, el majestuoso Gran Hôtel de Bordeaux y junto a él, la tienda de vinos L'Intendant con cuatro pisos de buenos caldos, donde lo mejor es dejarse aconsejar. En medio de ambos espacios, la Oficina de Turismo, el punto de partida del Bus turístico y la Maison du Vin, Escuela de Vinos y un bar donde degustar los vinos de las distintas AOC que rodean Burdeos.

El barrio de San Pedro, la calle Santa Catalina y el Espejo de Agua

A un lado de la plaza se encuentra una obra de Jaume Plensa con cara de mujer. De allí parte la calle Sainte-Catherine, una arteria comercial con más de un quilómetro de longitud -dicen que una de las más largas de Europa- que une la plaza de la Comedia con la de la Victoria -los habitantes de la ciudad hacen un poco de broma de esta coincidencia "comedia-victoria"-. Sainte-Catherine cruza el barrio de Saint-Pierre, uno de los más atractivos. Estrechas calles de aspecto medieval que mantienen el nombre de los antiguos oficios, desembocan en un sinfín de placitas las cuales invitan a relajarse. Restaurantes, bares de copas, tiendas, ambiente juvenil lo convierten en un lugar para pasear y sentarse en alguna terraza.

La calle Saint-Rémi nos lleva hasta la Place de la Bourse, un magnífico conjunto de edificios de estilo neoclásico con la bella fuente de las Tres Gracias en medio. Enfrente, en el paseo que linda con el Garona, otro de los proyectos que convierten a Burdeos en la capital de la innovación. El Miroir d'Eau es una gran superficie lisa que se inunda con una fina capa de agua, donde se reflejan los edificios colindantes. Cada cierto tiempo, una bruma aparece en forma de surtidor creando una sensación fantástica. Las gentes se pasean por este espacio y las cámaras fotográficas no cejan de disparar mientras los más pequeños disfrutan como nadie (en pleno invierno no funciona). Unos metros más abajo, la Porte Cailhau construida a finales del siglo XV fue considerada la entrada real y una de las principales de la ciudad -se puede subir hasta los 35 m de altura para disfrutar de la vista-, junto con la Grosse Cloche, campanario con un trabajado reloj que se encuentra en la Cours Victor Hugo. De este magnífico monumento levantado en el siglo XVIII, parte la remodelada y animada calle Saint-James por donde pasa el Camino de Santiago (Vía Turonensis).

Catedral de Saint-André desde el Palacio de Justicia
Catedral de Saint-André desde el Palacio de Justicia

Si dibujamos el sky line de Burdeos desde el otro lado del río o desde el bello Pont de Pierre, veremos la uniformidad del conjunto del que sólo sobresalen dos puntiagudos campanarios. Se trata del templo de Saint-Michel y del de la catedral de Saint-André. Ambos se separaron de sus respectivas iglesias debido a lo inestable del suelo y la afectación en la obra por el peso de las campanas. La basílica de Saint-Michel fue construida entre los siglos XIV y XVI en estilo gótico flamígero y es el principal centro de culto de la ciudad. El campanario tiene 114 metros de altura y aloja un carrillón con 22 campanas. La catedral de Saint-André se encuentra en una amplia plaza frente al Ayuntamiento. De la construcción románica original apenas queda algún vestigio y la nave actual, en estilo gótico, fue levantada entre los siglos XII y XIII con modificaciones posteriores. Ha sido lugar de grandes bodas reales y desde lo alto del campanario se ofrece una vista maravillosa.

Plaza del Parlamento y dos puertas de entrada a la antigua ciudad: la Porte Cailhau y la Grosse Cloche

La Ciudad del Vino y Darwin, una apuesta de futuro

Hasta Burdeos llegan por mar todo tipo de mercancías y transatlánticos aunque la zona del puerto se ha alejado un poco de la ciudad, situándola más cerca de la desembocadura del Garona en el Atlántico. Los antiguos hangares fueron reconvertidos en zona de ocio con tiendas, bares, restaurantes y pistas para patinar. Muy frecuentados por los bordeleses sobretodo los días festivos, se llega a pie paseando junto al río o con la línea B del Tram. La Cité du Vin se encuentra junto a la orilla del Garona, justo donde se acaban los hangares reconvertidos del antiguo puerto. Este nuevo y espectacular proyecto terminado en 2016, ofrece un viaje por las culturas del vino en todas las épocas y alrededor de todo el mundo. Más de 13.000 m2 repartidos en diez niveles permiten profundizar en cada uno de los 19 módulos temáticos (paisaje, historia, arte, sensaciones, olfato, talleres, restauración...) en una visita de, como mínimo, un par de horas de duración. En la planta baja una gran tienda con vinos de todo el mundo y en el piso superior, a 35 metros de altura, asesoramiento y degustación del vino elegido mientras disfrutamos de las vistas (www.laciteduvin.com).

Si cruzamos el río por el espectacular puente Jacques Chaban-Delmas, el cual se abre para dejar paso a las grandes embarcaciones -las cuatro torres, además de embellecerlo se iluminan por la noche y avisan de la marea según el color-, llegaremos a otro de los grandes proyectos de la ciudad que se expande por esta orilla. Parques con itinerarios, edificios de arquitectura sostenible y entre todo este conjunto, un antiguo cuartel militar propiedad de la municipalidad cuyo proyecto alternativo se ha bautizado con el nombre de Darwin. Espacios grafitados con materiales recuperados, hangares polivalentes, tienda bio, restaurante, salas de conferencias y debates, nuevas empresas..., todo un mundo abierto al visitante que vale la pena descubrir aunque su futuro sea incierto.

El puente Jacques Chaban-Delmas, comunica las dos orillas del Garona y anuncia las mareas.

GUÍA PRÁCTICA

Cómo llegar. En avión desde el aeropuerto de Burdeos situado a 12 km de la ciudad hay conexión con 10 ciudades españolas: Alicante, Barcelona, Fuerteventura, Lanzarote, Las Palmas, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca, Sevilla y Tenerife.

En coche de Madrid a Burdeos hay 685 km, desde Bilbao 335 km y desde Barcelona 635 km, en todos los casos por autopista y autovía. En tren con el TGV Burdeos se encuentra a dos horas de Paris.

Cómo moverse. Tres líneas de tranvía te sitúan en los principales lugares y el centro histórico a pie; también podemos alquilar una bici ya que Burdeos tiene 160 km de carril bici. El City pass por uno, dos o tres días te permite viajar en el Tram, en el Bus turístico, entrar en museos y descuentos en paseos fluviales y comercios

Visitas. En épocas vacacionales, desde la oficina de turismo se ofrecen rutas guiadas en español por la ciudad y sus alrededores con visita a viñedos y bodegas.

Compras. Un centenar de comercios y galerías permanecen abiertos los domingos de 10 a 19 h. En los inicios de la calle Sainte-Catherine, ocupando el gran espacio que dejó el periódico Sud-Ouest, Galerías Promenade es el nuevo complejo comercial con tiendas del mundo de la moda.

Mercados. En ellos siempre se toma el pulso de la ciudad en un ambiente festivo. De la decena de mercados que existen en Burdeos destacamos el Des Capucins en la Place des Capucins, producto fresco todas las mañanas; el de Los Chartrons, en el Quai des Chartons los domingos por la mañana, para degustar ostras y otras viandas locales; el 'Royal' Saint Michel en la Place Meunard los sábados por la mañana, food trucks y puestos no alimentarios.

Para los amantes del dulce. Dos recomendaciones y una sugerencia. En la pequeña calle Rue de la Vielle Tour, cerca de la plaza Gambetta, una tienda nos invita a probar las Dunes Blanches, un esponjoso buñuelo relleno de crema ligera. Justo enfrente Hasnaâ Ferreira, mejor chocolatera en el Salon du Chocolat 2016, ha abierto una tienda donde probar sus creaciones. Para llevar a los amigos, el Canelé es un pequeño pastelito caramelizado y esponjoso aromatizado con ron y vainilla, muy popular en Burdeos.

Urban Wine Trail. Un interesante folleto nos invita a descubrir una ruta con una veintena de bares donde degustar caldos de Burdeos y otras regiones, acompañados de piscolabis y música ocasionalmente.

Museo de Bellas Artes. Completamente renovado aloja dos grandes espacios: ala sur dedicada a los autores de los siglos XV al XVIII y ala norte al siglo XIX y XX con obras de Matisse, Picasso y Renoir entre otros artistas.

Museo de Aquitania. Para conocer toda la historia de la ciudad y el territorio que la rodea, desde la prehistoria hasta mitad del siglo XX. Muy interesante las salas dedicadas al tráfico de esclavos y enriquecimiento de las clases dominantes.

Más información. www.burdeos-turismo.es

Texto y fotos: Jordi Bastart